lunes, 12 de diciembre de 2011

DIARIO EXPRESO BALANCE DE LA FERIA DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS 2011


Por  JAIME DE RIVERO
El breve ciclo contempló cuatro corridas de toros y una novillada. Participaron 11 matadores  de toros y 3 novilleros. Todos torearon una corrida, con excepción de Iván Fandiño que lo hizo en dos. Se cortaron 16 orejas y todas las tardes se abrió la puerta grande, la mayoría de veces por la generosidad del juez de plaza.

EL PÚBLICO
El público cubrió más de media entrada en las cinco tardes, aunque cierto es que hubo muchos pases de cortesía. Se extrañó a los buenos aficionados, posiblemente ahuyentados por lo caro de las entradas. Parte del público careció de conocimientos y de la sensibilidad que siempre ha caracterizado a Acho. No protestó cuando debió y también validó con aplausos premios excesivos, sobretodo en la última tarde.  

Los bocinazos tienen su momento y justificación. Pierden su esencia cuando cualquier improvisado se lanza decir lo que le venga en gana. Igual sucede con las porras, cuya protesta es legítima cuando responde a lo que ocurre en el ruedo. Este año ni se acordaron del minuto de silencio que correspondía por el fallecimiento de Diego Puerta. Antiguamente, las porras intervenían mesuradamente y por eso eran respetadas. Jamás lo hacían en forma indiscriminada o para imponer una opinión en contra de la plaza.  

El público estuvo pésimo al insultar al ganadero y al empresario en la tercera corrida. Una falta de respeto propiciada por un puñado de reventadores distribuidos ese día por toda la plaza y que sospechosamente no midieron con la misma vara a otros animales impresentables de hierros colombianos.

LOS MATADORES
Es indudable que la empresa tuvo la intención de traer a los mejores toreros, pero distintas razones lo impidieron. Acertó al reestructurar los carteles sin restarle su atractivo. No obstante, falló en la elección de algunos reemplazos como Sebastián Castella, quién no atraviesa por un buen momento. O la inclusión a dos tardes de Iván Fandiño, cuando en la baraja estaba David Mora, cuyo estilo se ajusta al gusto de la afición limeña.

UN MAESTRO
El triunfador del ciclo fue el maestro Enrique Ponce, quien brilló en una faena memorable con la que desorejó a un pupilo de Roberto Puga, que si bien era chico y muy blando, tenía un fondo.de bravura. Justamente fue esa casta la que permitió la larguísima faena que fue un compendio de inteligencia, temple y entrega. En medio de la apoteosis, más de 9,000 almas puestas de pie aclamaron al maestro hasta el saludo final, en el centro del ruedo.

El Jurado le otorgó merecidamente el Escapulario de Oro, con el que suma cuatro galardones e iguala a José Mari Manzanares. Una minoría no estuvo de acuerdo con el premio por el poco trapío del astado. No compartimos esa posición, pues si el toro fue aprobado por la autoridad, no cabía descalificarlo tras haber sido lidiado. 

PERERA Y TALAVANTE
El extremeño Miguel Ángel Perera estuvo por encima de su lote haciendo el toreo poderoso en un palmo de terreno. A uno lo desorejó tras someterlo por abajo con un temple superlativo. Al otro lo lidió con mucha clase y eficacia pero el público no lo valoró por atender a las protestas que habían sido programadas para esa tarde.

Alejandro Talavante triunfó sin esforzarse demasiado a pesar de que tuvo a un noble toro con el que pudo consagrarse. Brindó una faena corta sin mayor esmero en el toreo fundamental. Lidió en cercanías y con mucha quietud gracias a sus prodigiosas muñecas y en algunos pasajes lució la calidad de su templado toreo al natural. No comprendió a su otro oponente que llegó tardo a la muleta, para luego pegar el mitin con la espada.

DAVID MORA: LA REVELACION
El madrileño David Mora ha sido la revelación de la feria. En la primera tarde exhibió su clase y categoría, sobresaliendo en el toreo de capa. Estructuró una faena completa aprovechando las buenas condiciones del toro y cortó dos orejas que fueron pedidas mayoritariamente. Su nombre debe figurar en los carteles de la próxima feria.

LUQUE Y EL FANDI
Daniel Luque ha dejado una buena impresión por su clase y entrega. Es un buen torero pero le falta templar más para evitar los enganchones. Cortó una oreja al primero de su lote.

David Fandila “El Fandi” actuó en la corrida de cierre y tuvo una de cal y otra de arena, incluso colocando banderillas. No pudo con el primero su lote y con el otro sacó a relucir su casta de torero. Lidió con mucho temple y lentitud con una técnica bien aprendida en tantas corridas. 

Cortó dos orejas, una a ley y otra que no correspondía por la defectuosa colación del estoque.

JIMENEZ, FANDIÑO Y CASTELLA
 Es innegable el progreso de Cesar Jiménez. Su toreo ha ganado en madurez y seriedad. Cumplió sobradamente la papeleta con su primer toro y poco pudo hacer con el otro, un manso que huía por el ruedo. 

Iván Fandiño debutó en Acho pero no convenció en las dos tardes en las que intervino. Es valiente y entregado pero no posee arte ni atributos. Se le fueron tres toros de triunfo grande y sólo pudo cortar una oreja a cada uno. Es muy bueno con el estoque pero sus carencias las desnuda el toro noble y repetidor.

El francés Sebastián Castella pasó de puntitas por Acho, dejó muy poco para recordar y quedó opacado por las buenas faenas de Ponce y Perera.

NUESTROS PAISANOS
Fernando Roca Rey dio la talla ante un marrajo de San Esteban de Ovejas en la corrida que abrió feria. Estuvo muy valiente y en el sitio. Se equivocó al brindar la muerte del segundo de su lote que se había lastimado en el ruedo, echándose al público en contra. Se eternizó con la espada y el público no lo perdonó.

La actuación de Juan Carlos Cubas fue decepcionante. Intervino en una tarde y no estuvo a la altura del único oponente que ofreció condiciones. Medroso y fuera de sitio, soportó por primera vez una bronca en Acho.

En la novillada destacó Carlos Ramírez “Morenito de Canta”, quien superó a sus alternantes a pesar de tener menos plaza. Sergio Flores dejó pinceladas de su buen toreo de la muleta. No nos gustó el estilo tosco y acelerado de Javier Jiménez. Además no tuvo claridad para dejar el descabello y entrar a matar nuevamente a su segundo novillo. Tampoco tuvo quien lo apunte y escuchó los tres avisos. (CONTINUARÁ)

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